Lo más probable es que a lo largo de estos últimos años hayas escuchado la palabra “desinfectante” más de la cuenta, debido a la pandemia que hemos vivido. Aún así, es muy probable que la mayoría de las personas no sepan cuál es la diferencia entre sanitizantes y desinfectantes. Los términos desinfectante y sanitizante suelen llevar a la confusión en muchas ocasiones, no obstante, hay algunas diferencias entre ambos procesos de limpieza y desinfección y en este post te lo explicaremos, así como los productos que debes utilizar para cada caso.
El proceso de desinfectar
Antes de sumergirnos en el mundo de productos de limpieza, desinfección o sanitizantes, es fundamental, en primer lugar, comprender qué significa cada proceso y en qué consiste. La desinfección es reducir la cantidad de gérmenes y bacterias que hay en una superficie, eliminándolos con un producto específico y eficaz para ello. Para ello emplearemos un desinfectante, un producto capaz de eliminar estos microorganismos que pueden generar una gran cantidad de enfermedades, sobre todo en el caso de los virus y los hongos. La desinfección ha sido, durante la pandemia, un proceso con una gran importancia, considerándose fundamental en el normal funcionamiento de nuestras vidas.
Sanitizar. ¿Qué significa?
La palabra sanitizar no es una que sea muy común en el idioma español, ya que se trata de un término de origen y uso extranjero, que realmente significa “desinfectar”, pero en castellano, “sanitizar” conlleva otra connotación que significa higienizar. La finalidad de desinfectar es, por lo tanto, eliminar los gérmenes de las superficies y los objetos que tengamos como objetivo. Un ejemplo de sanitizante podría ser la lejía, que es capaz de limpiar y disminuir la cantidad de microbios que pueda haber en una superficie. No obstante, aunque el sanitizante sea capaz de eliminar las bacterias y microorganismos, así como los hongos, no podrá eliminar de forma tan eficaz los virus.
Desinfectante y sanitizante, ¿cuál es la diferencia?
Ambos productos sirven, por lo tanto, para eliminar los gérmenes y las bacterias, pero la diferencia es dónde utilizaremos ambos productos, es decir, qué zonas necesitaremos desinfectar o sanitizar. Por ejemplo, si vamos a desinfectar las zonas donde manipulamos alimentos en una cocina, lo más recomendable será hacer uso de un sanitizante, ya que son un poco más delicados con las superficies y no perderán la eficacia. No obstante, el tiempo que tarda el sanitizante en eliminar los gérmenes es mayor y puede ser hasta 30 segundos.
Si lo que necesitamos es eliminar las bacterias y los virus de manera eficaz y rápida, necesitaremos emplear un desinfectante, puesto que, en tan solo 5 segundos, este será capaz de eliminar hasta un 99,99% de las bacterias, virus y hongos. Lo que debemos tener claro es que ambos productos no tendrán la misma efectividad y rapidez a la hora de eliminar las bacterias y los virus, y si lo que buscamos es una eliminación de las bacterias y los virus segura y rápida, no podemos arriesgarnos y lo más recomendable es hacer uso de un desinfectante homologado y eficaz.