Una nevera limpia y organizada no es solo agradable a la vista sino también te ayudará cocinar y planificar las comidas de forma más sencilla. Pero antes de organizar la nevera necesitas darle una buena limpieza. Este proceso es largo pero puedes separar las tareas en varios días. Sin embargo, es más fácil hacerlo todo de una para no quedarte sin nevera durante días. Saca todos los alimentos, desenchufa la nevera y manos a la obra.
El primer paso es vaciar la nevera por completo. Con esta ocasión puedes desechar los alimentos cuya fecha de vencimiento ya ha pasado o los alimentos que piensas que no vas a necesitar. Separa los alimentos que van a volver a la nevera por categorías: frutas, verduras, restos de comida, carnes, condimentos, quesos, embutidos, etc. Retira, a ser posible, los cajones y accesorios de la nevera para limpiarlos y secarlos por separado.
Llena un cubo de agua tibia con jabón o detergente para cocinas y empieza a limpiar las superficies de la nevera. Si detectas alguna superficie pegajosa o difícil de retirar puedes añadir un poco de bicarbonato de sodio al cubo de agua tibia con jabón. Frotar las superficies de la nevera con una bayeta o unas toallitas especiales para la cocina. Si ves que hay migas y restos difíciles de retirar puedes utilizar una aspiradora (previamente desinfectada).
Cómo limpiar los rincones más difíciles de alcanzar del frigorífico
En aquellos sitios difíciles de alcanzar puedes utilizar la aspiradora, no obstante habrán superficies que se te resientan incluso con la ayuda del bicarbonato. Para estas superficies difíciles de limpiar puedes utilizar un cepillo y frotar encima de aquellas manchas que se acumulan en las esquinas o en los surcos de la nevera. Después de seguir todos estos pasos para limpiar puedes secar todas las superficies y comenzar a colocar los alimentos.
Antes comenzar a colocar los alimentos tienes que decidir como organizar las estanterías y cajones. Las frutas y las verduras deberían colocarse en los cajones cerrados e interiores sin las bolsas de plástico, ya que estas guardan humedad y pueden estropear los alimentos. Las carnes y pescados podemos colocarlas tanto en el congelador como en los sitios inferiores de la nevera, que emanan más frio. En la zona media van los productos que necesitan menos frio.
En los compartimentos laterales puedes colocar los botes de salsas, las mermeladas, la mantequilla, los huevos. Es muy importante mantener limpia la nevera y realizar esta rutina frecuentemente. Un buen truco para ahorrarse realizar todo este proceso es hacer una limpieza semanal y rápida. Un buen mantenimiento de la nevera hará que siempre esté fresca y evitará que la nevera tenga esos olores desagradables. Un truco para eliminar esos olores es colocar medio limón.
En los meses de más calor puedes colocar las bebidas en la parte más alta del frigorífico. En la parte más baja, donde la temperatura no es tan fría, es donde colocamos las verduras y las frutas. Aquellos alimentos que tan solo necesitan un lugar fresco y oscuro (cebolla, ajo, patatas) la colocamos en la nevera (en un sitio menos frio) si no disponemos de una despensa fresca. Hay algunos alimentos que es mejor conservar frescos y no fríos.