Las alfombras son un elemento decorativo del hogar que, si las escogemos y mantenemos adecuadamente, pueden transmitir una sensación cálida y hogareña y transmitir comodidad. Sin embargo, las alfombras son tan amadas como odiadas por lo difícil que resulta mantenerlas limpias. Las alfombras viven en el suelo y se llenan de polvo del ambiente, suciedad de nuestros pies o zapatos, mascotas que tengamos en casa e incluso en ocasiones derrames de líquidos que dejan unas manchas irreparables.
El paso del tiempo produce, además, una gran cantidad de ácaros perjudiciales para la salud y que pueden incluso causar alergias. Si a esto le sumamos los malos olores que aparecen cuando no mantenemos completamente limpio el hogar, podemos entender la gran importancia de limpiar bien las alfombras. La limpieza de alfombras puede resultar un poco compleja en comparación a otra clase de superficies más lisas y con menos porosidad, por lo que, no podemos utilizar herramientas de limpieza como fregonas, escoba y recogedor, que en otras ocasiones nos resolverían el problema en dos pasos.
¿Qué debemos tener en cuenta?
A la hora de limpiar una alfombra debemos tener en cuenta si es una alfombra grande, de gran dimensión o pequeña. En caso de tener que limpiar una alfombra de gran formato necesitaremos un aspirador fuerte, que emplearemos para aspirar el polvo y los ácaros. Esta tarea se recomienda realizar cada día, sin embargo, la frecuencia dependerá del uso que le demos a la alfombra. Si no le damos un gran uso podemos hacerlo también una vez a la semana. Puedes recurrir a los aspiradores clásicos o a los más modernos, que tienen un modo de limpieza húmeda, más profunda.
Para alfombras de menor tamaño lo que podemos hacer es aspirar y pasar un trapo húmedo en caso de que sea necesario. Sin embargo, si debemos fijarnos en algo a la hora de limpiar alfombras es en la composición de la misma y en las instrucciones que nos da el fabricante. Las alfombras pueden ser, según el material del que están compuestas, de dos tipos: de fibras que dan cuerpo a la alfombra o de tejido, más simples. Las alfombras con fibras son aquellas que tienen un poco más de volumen y que transmiten más calidez y comodidad.
Si la alfombra que queremos limpiar está hecha de fibra probablemente esta sea más propensa a absorber la suciedad, ya que suele estar hecha de lana, algodón, hilo esparto etc. Aunque estos materiales son muy populares por su estética y belleza, por la naturalidad, son un poco más complicadas de limpiar. Sin embargo, no hay nada que no podamos limpiar con algo de jabón, agua y un cepillo con cerdas duras. Esto lo debemos hacer, por supuesto, cuidando la integridad de los materiales. En el caso de las alfombras de tejidos, la cosa se pone más fácil, ya que no hay fibras tan absorbentes. Lo ideal es limpiar utilizando el sistema del humedecido y con un poco de jabón, pero no sin antes realizar una prueba de reacción.