Para desinfectar, para limpiar, deshacer pegamento, para descongelar cristales e incluso para beber; el alcohol es una substancia química tan práctica y útil que quizás lo utilices en tu día a día para bastantes cosas. El alcohol tiene una gran cantidad de funciones e, incluso, el sector cosmético lo emplea para muchos de sus productos. Está claro que hay varios tipos de alcoholes con sus diferentes funciones, pero en este post, en concreto, hablaremos sobre el alcohol isopropílico, el que se puede emplear para limpiar y desinfectar.
¿Qué es el alcohol isopropílico?
El alcohol isopropílico, una variante del alcohol un poco más pura, sirve para desinfectar, ya que es capaz de matar hasta los microorganismos más fuertes como el coronavirus. Por este motivo se considera como antiséptico y a día de hoy se utiliza en gran parte como una substancia bactericida muy rápida y eficaz. El alcohol es muy práctico, como antes hemos mencionado, ya que al mismo tiempo es virucida, fungicida, tuberculicida (aunque no acaba con las esporas bacterianas y los virus hidrófilos). Como bactericida para eliminar el coronavirus es recomendable que, el gel hidroalcohólico tenga una concentración 70%.
En el mundo de la limpieza el alcohol tiene una gran cantidad de aportaciones y es muy beneficioso para una gran variedad de suelos, paredes y baldosas. El alcohol puede, por lo tanto, acabar muy fácilmente con el moho de las paredes y con la suciedad que se acumula entre las baldosas. Sin embargo, es muy recomendable evitar el contacto de los alcoholes con materiales como el mármol o la madera natural o abusar de esta substancia para limpiar el hogar, ya que puede resultar bastante tóxico.
Gran variedad de aplicaciones
Con alcohol podemos limpiar equipos informáticos, componentes y pantallas sin que estas se estropeen. Ordenadores, pantallas, televisores, móviles, impresoras, cámaras… la mayoría de la tecnología que te imagines puede limpiarse perfectamente con alcohol y el resultado suele ser bastante bueno. Los cristales también tienen un acabado muy limpio y perfecto cuando aplicamos alcohol. De hecho, la mayoría de los productos para limpiar cristales contienen cierto porcentaje de alcohol. Cuando limpiamos los cristales con alcohol podemos devolver el brillo original del cristal.
Para las persianas el alcohol para la limpieza también puede funcionar de forma muy eficaz, sin embargo, debemos tener cuidado a la hora de aplicarlo, ya que podemos estropear la capa de pintura de estas superficies. Los muebles, por otro lado, pueden acumular una gran cantidad de suciedad incrustada, no obstante, no podemos utilizar el alcohol en gran cantidad, ya que podríamos estropear los barnices de la madera.
Si acabas de pintar tu casa probablemente te encuentres de vez en cuando alguna mancha de pintura rebelde y difícil de quitar. El alcohol de limpieza puede serte de gran ayuda para eliminar esas manchas de pintura que suelen quedarse en la ropa, en los muebles o en cualquier superficie. Otro uso muy común del alcohol de limpieza es cuando tenemos recipientes o vasos en los que se queda adherido el pegamento o las pegatinas. El alcohol es un disolvente capaz de retirar estos restos.