Al tratarse de un suelo diferente, la tarima flotante tiene una serie de cuidados que hay que llevar a cabo, sobre todo, si queremos alargar la vida útil de esta. Uno de los procesos a los que habitualmente se tiene que enfrentar, es al de la limpieza y el primero de ellos, se da cuando se ha llevado a cabo una obra.
Después de una obra, es habitual que queden toda clase de restos de polvo, suciedad o manchas de pintura. Lo más recomendable en estos casos, es contar con un servicio de limpieza profesional. Sin embargo, si lo que quieres es ahorrar algo de dinero y hacerlo por tu cuenta, lo más importante es utilizar productos de primera calidad, como los que hubieran utilizado los profesionales. Con estos productos y con un poco de paciencia, podrás dejar tu tarima como nueva.
No te canses de barrer
Barrer una vez nunca es suficiente, sobre todo después de una obra en donde el polvo se ha acumulado y ha quedado en suspensión en el aire. De esta forma, lo más recomendable es barrer varias veces, una primera para quitar toda la basura grande que hubiera y cuando quede tan solo el polvo, otra nueva barrida hasta pasar a la siguiente opción, el aspirador.
Con un buen aspirador, podrás quitar todos los restos de polvo que queden ya que este, evitará que el polvo se levante de nuevo para después asentarse. En el caso de que quieras limpiar las paredes, lo más recomendable es un plumero o una mopa, de esta forma el polvo caerá al suelo y por lo tanto el aspirador podrá encargarse del mismo.
A modo de consejo, si quieres maximizar la limpieza con tu aspirador, te recomendamos el colocar en el cabezal un paño húmedo mientras se aspira. De esta forma, el paño consigue agarrar el polvo más fino y pegajoso, que al aspirador le cuesta más coger.
Ojo al fregar
Una de las preguntas más frecuentes que se llevan a cabo los usuarios que han instalado una tarima, es saber si esta se puede fregar. La respuesta es que si, pero hay que tener cuidado con los productos que se utilizan y tener en cuenta que estos sean recomendados para parquet. De esta forma, tendremos la certeza de no estar dañando el suelo y, por lo tanto, podremos limpiar la misma con total seguridad.
En definitiva, limpiar una tarima después de una obra no tiene porque resultar una tarea complicada, sobre todo si se alterna la paciencia con los productos de primera calidad y un poco de empeño. Gracias a estos consejos, tendrás tu tarima flotante brillando como nueva para rato.